SAN MIGUEL DE TAJAO - BARRANCO DE TAJAO - ARCO NATURAL DE TAJAO
Esta es una información totalmente personal y que no pretende ser una guía exacta a seguir por parte de quién lea estos comentarios
UBICACIÓN:
San Miguel de Tajao se encuentra ubicado dentro del término municipal de Arico, a su vez éstos se encuentran incluidos en la Comarca del Sureste y Macizo Central de la Isla e Tenerife.
Pueblo costero dedicado a la pesca es en la actualidad un enclave gastronómico, dedicado principalmente a la cocina del pescado. Antiguamente existieron canteras de piedra.
¿Cómo llegar?
Tanto desde Santa Cruz de Tenerife al norte o de la zona sur de la isla, tomar la autopista TF-1 hasta la salida 46 y seguir por la carretera TF-632 en dirección a San Miguel de Tajao.
DATOS DE LA RUTA:
TIPO DE RUTA: Ruta de Senderismo circular
DIFICULTAD DE LA RUTA: Fácil. No tiene ninguna dificultad.
DISTANCIA RECORRIDA: 4,22 Km
DURACIÓN DEL RECORRIDO: 3 horas y 19 minutos en total (1 hora y 36 minutos en movimiento + 1 hora y 42 minutos detenido); 2,6 Km/h en movimiento
RECOMENDACIONES: Esta es una zona donde generalmente hace calor y viento y donde no encontraremos lugares para avituallarse, por lo que es muy conveniente llevar en la mochila, agua y comida suficientes para el trayecto que se realizará (aunque es corto, debemos de ser prudentes); también llevar protector solar y ropa adecuada.
DESTACADOS: Pueblo costero de San Miguel de Tajao, Barranco de Tajao, Arco de Bijagua o Arco de Tajao, Ecomuseo al aire libre de la Piedra (Mojones), embarcadero de Bijagua
PUNTO DE SALIDA: Delante de la Iglesia de San Miguel, en la calle Callao Hondo
PUNTO DE LLEGADA: el mismo punto de SalidaPUNTO MAS ALTO: Arco de Bijigua o Tajao (49 metros)
PUNTO MAS BAJO: Desembocadura del Barranco de Bijigua o Tajao (11 metros)
GPS: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=18343366ITINERARIO:
Situados en el pueblo de San Miguel de Tajao nos situaremos en la calle Callao Hondo, pasando entre la iglesia de San Miguel, a la izquierda y el parking del puerto, a la derecha y en dirección al restaurante Rincón del Marinero al final de la calle.
Iglesia de San Miguel |
Al final de la calle Callao Hondo nos toparemos con la costa marina que nos cierra el paso.
En este punto, a la izquierda, veremos el dibujo de un sendero sobre la zona rocosa, por el que iniciaremos una corta subida, para situarnos por encima del pueblo de San Miguel de Tajao.
San Miguel de Tajao |
Este sendero no está marcado por ninguna señal, aunque no tiene pérdida, ya que está bastante dibujado sobre la roca; solo debemos de tener la precaución de ir hacia el Barranco de Tajao siguiendo la línea de la costa.
Pequeños acantilados |
Toda esta zona está rodeada de una roca muy erosionada, tanto por los efectos del viento, la lluvia y los olas del océano que baten sobre la costa; estos han dibujado curiosas formas que son bien visibles en todo el entorno.
Sendero |
El sendero es bastante visible, aunque podemos tomar algún otro recorrido alternativo para llegar hasta el Barranco de Tajao. Solo hay que tener la precaución y ser prudentes por esta zona inicial del recorrido, puesto que es una zona de acantilados al océano y hay que extremar las precauciones, si paseamos por aquí.
Ruta del sendero |
Acantilados en la costa de Tajao |
Siguiendo la línea de la costa, en dirección Este, nos iremos dirigiendo hacia el Barranco de Tajao.
Desembocadura del Barranco de Tajao en la playa de Callao Tajao |
Descenderemos hacia el Barranco, dejando atrás la zona rocosa y pasando un terreno más suave, pero más polvoriento.
Nos situaremos en la desembocadura del Barranco de Tajao; mirando la foto anterior, a nuestra derecha la playa de Callao Tajao, una playa como su propio nombre indica, de piedras o Callados y a la izquierda y en dirección norte está el Barranco de Tajao.
Playa de Callao Tajao Barranco de Tajao |
El recorrido por esta zona la iniciaremos por el lecho del Barranco e iremos siguiendo los puntos indicados en uno de los carteles que podemos encontrar situados en este lugar.
Recorrido por el Barranco de Tajao |
Desde la zona de la playa de Callao Tajao y en dirección norte por el lecho del Barranco, nos dirigiremos hacia el punto 3, El Pozo de Tajao.
Pozo de Tajao |
Al igual que el resto del
Sur de Tenerife, la costa de Arico se caracteriza por su extrema aridez. En
entornes como éste las lluvias son muy escasas, llegando a presentar con
frecuencia valores inferiores a los 150 mm al año. Al igual que en otras muchas
regiones semiáridas del planeta, las pocas precipitaciones anuales se producen
de forma concentrada, por lo que es normal que, algunas veces al año, barrancos
como éste bajen cargados de agua y gran cantidad de sedimentos.
Sin embargo, desde muy
antigua, esta parte de Arico ha sido objeto de uso y explotación humana. Su
cercanía al mar y los recursos que de él se obtienen, así como la existencia de
recursos naturales tan singulares como los yacimientos de “Piedra Chasnera” que
delimitan el barranco, despertaron desde época muy temprana el interés por éste
espacio. Por este motivo, para conseguir el mantenimiento de cierto número de
personas de forma más o menos permanente en el lugar fue necesario garantizar
el acceso al agua potable. Tradicionalmente, en muchos de los barrancos de la
Isla, esta problemática se resolvía mediante la localización de Eres o charcos
que pudieran mantener el agua en los fondos de los barrancos. Durante mucho
tiempo estos fueron para muchas personas los únicos puntos de acceso al agua
para consumo humano. En ciertos aspectos, el pozo ante el que nos encontramos
recuerda la filosofía con la que nuestros antepasados se acercaban a los lechos
arenosos de muchos barrancos para “hacer el ere”, retirando las capas
superficiales de arena hasta llegar al agua. La estructura geológica del lecho
de este barranco, abierto sobre depósitos volcánicos ignimbríticos muy bien
soldados y muy impermeables, facilita el desarrollo de pequeños flujos de agua
subterráneos durante los pocos meses de lluvia con los que cuenta el sur de la
Isla. Las arenas de éste cauce, totalmente permeables, permiten la infiltración
de las aguas de lluvia o de escorrentía, que descienden en profundidad hasta
encontrarse con los sectores más impermeables de la ignimbrita. Estas sencillas
pautas de funcionamiento del propio barranco debieron de ser bien conocidas por
lo primeros moradores de este lugar. La construcción de este singular pozo no
es más que una respuesta lógica a estos condicionantes ambientales.
Dada la importancia de
este pozo para la zona, en su construcción no se escatimaron esfuerzos. Así “…tanto
el brocal (apertura o boca del pozo) como las paredes están realizadas en
piedra bien labrada y dispuesta. Para acceder al agua dispone de una escalera
del mismo material. En su parte más alta, la altura del muro libro que aún se
mantiene en pie es de unos tres metros, pero es posible que en su inicio fuese
mayor,…
Sus formas, totalmente
adaptadas a las dinámicas del propio barranco, reflejan este nivel de
conocimiento. Su alto muro perimetral protegía el interior del pozo de las
aguas de avenida y de los sedimentos que podría arrastrar. Al mismo tiempo, la
pequeña escalera que desciende hacia su interior permitía el acceso al agua y,
en caso de necesidad, facilitaba las labores de limpieza y acondicionamiento
del propio pozo. Actualmente, su interior se encuentra parcialmente rellano por
sedimentos del barranco y fragmentos de piedra procedentes de su propia
estructura. La falta de mantenimiento ha facilitado el derrumbe parcial de sus
muros permaneciendo en pie solamente un pequeño tramo de su cerramiento
perimetral.
A pesar de que por su
baja cota y su cercanía al mar las aguas de este pozo siempre fueron salobres.
Su construcción permitió el desarrollo de las labores de cantería así como, en
época posterior, la consolidación del núcleo costero de Tabaibarril o San
Miguel de Tajao. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 3 - Pozo de Tajao)
Aparte de algunos lugares característicos de esta zona, la flora también tiene un destacado lugar que vale la pena de observar. Dejando el pozo de Tajao y seguiendo el lecho del barranco hay diferentes plantas que destacan por su colorido y detalles.
Barrilla o Escarcha Mesembryanthenum Crystallinum |
Babosa o Uvilla Zygophyllaceae fontanesii |
Siguiendo un sendero más o menos marcado por el lecho del Barranco llegaremos a una zona donde un nuevo panel informativo nos ofrece información de las características de la zona.
Previamente pasaremos por un nuevo pozo, al lado de algunas pequeñas cuevas que envuelven toda esta zona del barranco.
Barranco de Tajao |
Barranco de Tajao |
Pozo en el barranco de Tajao junto a cuevas |
Al llegar al pozo veremos como, al igual que el anterior, este está lleno de tierra y sedimentos; la peculiaridad de éste pozo es que no presenta ningún muro de protección, ni escaleras para acceder a su interior.
Al lado de este pozo podemos observar un pequeño nacimiento de agua que se filtra por la zona; eso demuestra que, aunque sea una zona de escasa precipitación pluvial, por el subsuelo circula agua subterránea.
El agua brota entra la roca |
Al llegar a este punto el sendero deja el lecho del barranco y asciende unos metros; aquí veremos un nuevo penal informativo. Punto 4, Ignimbrita de Arico.
Barranco de Tajao con piedra de Ignimbrita |
El territorio del sur de
Tenerife se encuentra caracterizado por la presencia de grandes acumulaciones
de materiales piroclásticos de naturaleza ácida o félsica. Este tipo de rocas
otorgan al paisaje unas singularidades tonalidades claras: colores ocres o amarillos
con múltiples matices que contribuyen a hacer de ésta una comarca especialmente
luminosa. El origen de este conjunto de
materiales se encuentra en el espacio central de la isla, asociados al actual
complejo Cañadas o a algunos de sus numerosos domos periféricos, algunos de los
cuales aún se conservan jalonando las cumbres de esta comarca. En conjunto, las
erupciones que se vinculan a estos centros eruptivos se caracterizan por haber
mantenido altos índices de explosividad, generando grandes columnas eruptivas
que se elevaron varios kilómetros sobre sus cráteres. En estas erupciones es
normal que se produzcan colapsos o desmoronamientos de estas columnas,
provocando que los fragmentos de lava y parte de los gases emitidos se
precipiten bruscamente por las largas laderas del sur de la Isla, generando
auténticas avalanchas de fragmentos de roca y gases a temperaturas superiores a
los 300º C. Cuando estos flujos de materiales son densos se les denomina
coladas piroclásticos. En sus desplazamientos estos flujos piroclásticos
recorren grandes distancias, siguiendo siempre las zonas de máxima pendiente,
por lo que es normal que puedan llegar a alcanzar velocidades que superen de
manera holgada el centenar de kilómetros por hora. Como consecuencia de sus
altas temperaturas y a la presión que se ven sometidas las rocas en su
interior, estos depósitos pueden llegar a soldarse, e incluso a provocar la deformación
de parte de los fragmentos de roca que arrastra en su interior, generando
llamativas alineaciones de rocas “estiradas” a modo de lágrimas, que nos
muestran con su disposición el sentido o la dirección de flujo. A este tipo de
coladas piroclásticas se las denomina “Ignimbritas”.
Nos encontramos cerca de
la desembocadura del barranco de Bijigua o Tajao cuyo cauce, en este sector
costero se abre paso entre materiales de este tipo, pertenecientes a la
denominada “Ignimbrita de Arico”. Esta colada piroclástica, generada como
consecuencia de un colapso de un domo volcánico, tiene una edad aproximada de
670.000 años. Sus materiales se
extienden ocupando buena parte del sector de medianías bajas y costa del
municipio, siendo visibles con frecuencia en los múltiples cauces que se
encuentran entre Arico Viejo y El Río de Arico.
El fondo plano y ancho de este barranco nos
permite acercarnos con facilidad hasta las espectaculares paredes que delimitan
sus márgenes. A través de estas paredes podemos observar con claridad las dos
zonas o sectores que aquí presenta la Ignimbrita: un tramo central con colores
grisáceos e incluso azulados, donde la roca es más dura y especialmente
impermeable, debido a su mayor grado de soldadura: un tramo superior, donde la
Ignimbrita adquiere tonos marrones e incluso rojizos, coincidiendo con sectores
donde la roca, menos soldada, presenta menor dureza.
Los antiguos canteros de
Arico conocían perfectamente está diferenciación y las propiedades que se
asociaban a las dos zonas del depósito. Durante siglos la parte superior de estos
grandes depósitos de Ignimbritas, más blandos y fácilmente trabajables con las
herramientas de la época, fueron explotados y muy valorados como excepcionales
producto de cantera. De gran resistencia y con un gran atractivo estético, las
piezas labradas a partir de este material recibieron el reconocimiento de la
sociedad de las Islas, siendo pronto muy demandadas. Por la pertenencia de
estas canteras de Arico a la comarca de Chasna, sus piezas de cantería, al
igual que otras muchas de diferente naturaleza, elaborados en otros municipios
del sur, pasaron a ser conocidos bajo el nombre alegórico de “Piedra Chasnera”. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 4 - Ignimbrita de Arico)
Seguiremos el sendero relativamente marcado y éste hará que estemos por encima del barranco lo que nos dará la oportunidad de ver el siguiente punto de interés de esta zona, el Arco de Bijigua o de Arico.
Arco de Bijigua y la formación rocosa de la zona |
El sendero nos llevará nuevamente al lecho del Barranco de Arico, en una zona donde la roca es de color grisáceo, lo que denota su aspecto de roca dura e impermeable y donde existen algunos depósitos de agua fruto de la lluvia que ha caído en la zona o bien porque ha sido arrastrada hasta este punto de cumbres superiores.
Barranco de Tajao |
Tras pasar por esta zona del barranco, nuevamente lo dejaremos atrás para seguir el sendero que nos llevará hasta el Arco de Bijigua, punto número 5 del recorrido por esta zona de Tajao.
Formación del Arco de Bijigua |
Las rocas blanquecinas existentes es esta zona del
Barranco de Tajao forman parte de los materiales que forman las denominadas
Bandas del sur. Estas rocas se encuentran integradas por una compleja sucesión
de depósitos piroclásticos de distinta naturaleza, cuya presencia da un
característico color claro al paisaje del Sur de Tenerife. En su mayoría, estos
depósitos son el resultado de lluvias de piroclastos (conocidas localmente como
“jables”) y coladas picoclásticas (denominadas también “toscas” o “tobas”).
Ambos tipos de depósitos volcánicos se originaron a través de múltiples erupciones
de carácter muy explosivo, generadas a partir de magmas de naturaleza ácida.
Estas erupciones tuvieron lugar en el sector central de Tenerife, asociadas al
antiguo Edificio Cañadas o a los procesos de formación de la propia Caldera.
Sus edades son muy variadas, abarcando un amplio período que comenzó hace
700.000 años y que termina hace aproximadamente 150.000 años. En el conjunto de
los márgenes de este Barranco, además de las Ignimbritas de Arico, podemos
encontrar otras coladas piroclásticas pertenecientes a otros episodios
eruptivos: las formaciones “Porís” (270.000 años aproximadamente), “La Caleta” (220.000
años aproximadamente) y “Abrigo” (170.000 años aproximadamente).
El Arco de Tajao o Bijigua es una estructura natural
generada sobre materiales volcánicos emitidos durante estas erupciones. Las
rocas sobre las que se labra pertenecen a la erupción “Porís”. Se trata de una
sola unidad de enfriamiento compuesta por la sucesión de pequeñas unidades de
flujo que se solapan unas sobre otras a modo de pequeñas dudas. Las formas de este “arco” son el resultado de
un complejo proceso de modelado condicionado de las propias características de
la roca y por el trabajo erosivo generado por los dos pequeños barranquillos
que flanquean el arco. Precisamente por su vinculación a la erosión y a la
capacidad que tiene la naturaleza para “labrar” o “agujerear” estas rocas, los
habitantes de la zona han llamado a estos arcos naturales “jurados” (agujeros).
A diferencia de los materiales que integran la
Ignimbrita de Arico (de la que se extrae la “Piedra Chasnera”), los piroclastos
de esta colada se encuentran menos consolidados
o “soldados” entre sí. La presencia en su interior de fragmentos de
pómez y gran cantidad de líticos (materiales no generados durante la erupción
que son arrancados por el magma e incorporados al flujo) genera diferentes
niveles de resistencia a la erosión. Por ello resulta muy frecuente observar en
las paredes de este tramo del barranco formas irregulares que dan lugar a
cornisas o pequeños salientes, coincidiendo con las zonas de la roca más
resistentes a la erosión, y cavidades o superficies cóncavas, que coinciden
siempre con las zonas de la roca que resulta más erosionable. A pesar de que la
formación de este arco es relativamente compleja, los principales pasos que dan
lugar al mismo podrían resumirse de la siguiente forma:
- El Emplazamiento: Los flujos de piroclastos que se
emiten durante erupciones plineanas, muy violentas, como ésta, se desplazan
siempre a favor de la pendiente, utilizando para ello antiguas redes de barranco
que hoy han quedado cubiertas. A pesar de la relativa homogeneidad de la gran
cantidad de materiales que se emiten, las superficies de estos depósitos pueden
tener irregularidades, normalmente asociadas a las distintas unidades de flujo
que componen una colada. La superposición de estos pequeños flujos puede dar
lugar a superficies abultadas a modo de protuberancias o lóbulos dentro del
depósito principal.
- La incidencia de la Escorrentía: Las irregularidades
iniciales que presenta una colada piroclástica en su superficie se convierten
en pequeños relieves a los que debe de adaptarse la escorrentía. El agua de
lluvia tiende a concentrarse en zonas deprimidas, labrando poco a poco pequeños
cauces que moldean la roca. Con el tiempo estos cauces van quedando cada más
encajados entre paredes o márgenes de bastante pendiente.
- Desplomes y
vuelcos: La evolución de estos pequeños barranquillos se ve potenciada por la
existencia en la roca de gran cantidad de fracturas que atraviesan el depósito
por completo, de arriba abajo. Estas fracturas naturales se llaman “diaclasas”.
En muchas ocasiones, la erosión “descalza” por la base estos bloques, volviéndolos
inestables y facilitando su caída y vuelco, al igual que hace en mar en los
acantilados costeros. Algunos de estos bloques caídos, son fácilmente identificables
en este lugar, dando paso a paredes verticales, de plano homogéneo, muy
características.
- El jurado: La existencia en esta zona de dos
barranquillos paralelos, generados de esta manera, a muy poca distancia entre
sí, ha facilitado el labrado paulatino de la roca, dejando entre sí una pequeña
franja de materiales que debió de actuar a modo de interfluvio. Con el paso del
tiempo este antiguo lomo siguió siendo erosionado, de forma que las zonas más
blandas, en este caso las inferiores, fueron destruidas por completo, mientras
que la parte superior del depósito, mucho más resistente, se ha mantenido
parcialmente hasta la fecha.
Históricamente, las formas de este arco has servido de
refugio y abrigo para la población local. Su entorno ha sido adaptado y
transformado para albergar pequeñas parcelas que se cultivaron en secano. Las
aguas de lluvia y los sedimentos que arrastraban eran retenidos por pequeños
muretes de piedra, con los que se garantizaba un pequeño aporte de agua y
nutrientes para las cosechas.
El Arco de Tajao o de
Bijigua, es uno de los elementos más singulares del patrimonio geológico del
Sur de Tenerife y un icono paisajístico de la comarca. A pesar de tratarse de
formas del relieve labradas en roca, la estructura de este arco es frágil. Por
favor, disfrute de manera responsable de este entorno. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 5 –
El Arco de Bijigua)
Arco de Bijigua o Tajao |
Barranco de Tajao |
El Barranco de Tajao y su entorno es un fiel reflejo de la erosión que los diferentes elementos han dibujado en esta zona.
Dejamos el Arco de Bijigua y continuaremos por el sendero de retorno a la desembocadura del Barranco de Tajao. Ahora el sendero no pasa por el lecho del barranco, sino que éste transita por una zona más elevada, aunque paralela al barranco.
El sendero nos llevará hasta el punto número 6, donde podremos contemplar una de las plantas a la que los antiguos pobladores sacaron más provecho en esta zona.
Tabaibarril o Tabaiba dulce Euphorbia balsamifera |
En general, el paisaje de
los sectores de la costa de Canarias se encuentra caracterizado por la
presencia de un matorral abierto de portes arbustivos al que se denomina de
forma coloquial “Cardonal-Tabaibal”. Esta formación vegetal se extiende desde
casi la orilla del mar hasta altitudes que oscilan entre los 300 y los 500
metros. Las plantas que lo integran varían en función de las condiciones
ambientales locales pero como respuesta a la aridez de estos espacios, por lo
general suelen presentar pequeños portes, pocas hojas y troncos suculentos para
garantizarse unas mínimas reservas de agua. En lugares como éste, la presencia
del viento es importante a lo largo del año, por lo que en respuesta, las
plantas locales adquieren formas achaparradas o incluso rastreras, en un
intento de éstas por protegerse y
sobrevivir.
Destaca por encima del
resto la presencia de un arbusto comúnmente llamado “Tabaiba dulce” o “Tabaiba
mansa” (Euphorbia balsamífera). Esta “tabaiba” es un arbusto de tallos
carnosos, muy ramificado desde su base. Sus pequeñas hojas son estacionales,
desapareciendo por completo durante los secos veranos del sur de la Isla. A
diferencia de otras muchas tabaibas, ésta presenta una única flor al final de
sus múltiples tallos. La importante presencia de esta planta en este entorno
hizo que, hasta mediados del siglo XX, el pequeño caserío que se comenzaba a
consolidar en su costa recibiera el nombre de Tabaibarril.
La Tabaiba dulce, Euphorbia balsamífera, ha sido considerada
como una planta con notable interés para la medicina popular gracias a su
látex. A él se atribuyen diversas propiedades, que han sido conocidas y
aplicadas desde su antigüedad. Su savia, conocida como “lecha de tabaiba” , no
es corrosiva como la del resto de las tabaibas, de ahí el objetivo “dulce” con
el que la población local nombra esta planta. Antiguamente se empleó, hervida o
seca, como goma de mascar o “chicle”, por las propiedades salivatorias y
fortalecedoras de las encías que se le atribuían. Tal era la popularidad de
este uso, que durante generaciones los “chicles” de tabaiba siguieron siendo un
entretenimiento común entre los niños y niñas de la comarca. La lecha de
tabaiba también se utilizó como pegamento natural con un sinfín de
aplicaciones, entre ellas el destete de baifos mediante su aplicación, junto
con un trozo de cuero, sobre los pezones de las ubres de las cabras, de manera
que las crías no podían seguir mamando. También eran conocidas sus propiedades
para calmar catarros, para lo que el látex se disolvía en aceite y se aplicaba
sobre el pecho del enfermo en forma de cataplasma.
Para poder extraer y
utilizar el látex se realizaban cortes, normalmente casi verticales, por los
que brotaba abundantemente, escurriendo por gravedad hasta el tronco de la
tabaiba, donde se recogía en un pequeño recipiente o lata. Tal era la
importancia de su uso que la leche de tabaiba llegó a venderse, cuajada, a modo
de pequeños quesos. Hoy en día prevalecen en el paisaje de este entorno muchas
evidencias del uso de estas plantas. Muchos de los ejemplares más antiguos de
las tabaibas que nos rodean mantienen en sus troncos grandes cicatrices que nos
recuerdan la importancia de estos sangrados.
Actualmente, las tabaibas están especies
protegidas, nativas de las Islas Canarias. Su uso o maltrato está prohibido. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 6 – Tabaibarril)
A poca distancia de este último punto encontraremos un nuevo panel informativo, el número 7, donde podemos ver uno de los oficios que se desarrollaba en esta zona. Un singular y duro oficio que proveía la propia piedra Ignimbrita, La Cantería de Arico.
La Cantera |
La piedra es uno de los
materiales de construcción más empleados por el hombre desde los comienzos de
la humanidad. La rocas, de muy distintas naturalezas han sido extraídas de sus
emplazamientos naturales para ser empleadas para diferentes usos: la fabricación
de armas, herramientas o también para la construcción de viviendas o refugios.
Por lo general, los motivos que nos siguen llevando a utilizar determinados
tipos de rocas como materiales para la construcción son: su resistencia, la
belleza asociada a su propia naturaleza geológica, o los trabajos que sobre
ellas se realizan y que dotan a la piedra de un valor añadido a sus propias
cualidades.
En Canarias, la cantería
y el oficio de cantero se introducen inmediatamente después de la conquista del
Archipiélago, en el siglo XV. La necesidad de levantar castillos y torres y de
construir, un sinfín de edificios civiles y religiosos, trajo a las Islas a
grandes maestros canteros de la península y, con ellos, las primeras
herramientas de metal, destinadas a modelar nuestras rocas volcánicas.
En el municipio de Arico
las primeras construcciones reseñables en las que se realiza labor de cantería
se producen durante el siglo XVII y se vinculan a las antiguas ermitas de
Nuestra Señora de Las Mercedes (Punta de Abona), San Bartolomé (El Río de
Arico) y San Juan Bautista (El Lomo o La Villa de Arico).
Gracias a la enorme
superficie que ocupa el municipio, Arico cuenta con rocas volcánicas de muy
distinta naturaleza, que han sido identificadas desde muy temprano como
excelente materiales de construcción. Entre ellas destaca la “piedra Chasnera”.
Bajo este nombre se conocieron diferentes tipos de roca que se extraían de
diferentes canteras que se encontraban en el interior de la comarca de Chasna.
Canteras de Abona, Granadilla o San Miguel, produjeron bajo el nombre de “piedra
Chasnera” diferentes productos labrados a partir de traquitas o traquibasaltos.
Sin embargo, las piezas más singulares y demandadas de la comarca eran las
realizadas a partir de Piedra de Arico, una espectacular Ignimbrita, compuesta
a partir de piroclastos ácidos muy soldados, que destaca por su gran
resistencia y su singular aspecto, con flamas de colores a modo de lágrimas de
piedra.
El proceso tradicional de
extracción de piedra de cuna cantera como en la que nos encontramos es
relativamente complejo. De él participaban diferentes artesanos cuya función en
la cantera se encontraba muy bien definida. Así, al igual que en otras muchas
canteras de Canarias, en la de Los Abrigos, la mayor en producción en las Costas
de Arico y en ésta de Tajao, o Bijigua, se desarrollaban los siguientes
oficios:
El Cabuquero: Es una pieza
fundamental de este oficio, es el encargado de extraer la piedra del risco. Las
herramientas que usa para esa tarea son el pico, el marrón y las cuñas, la
barra y la leva. Este tiene que tener en cuenta la dirección de la veta y ser
un muy bien conocedor de las características naturales del risco. En época más
reciente, y cuando resultaba necesario, el Cabuquero utilizaba también el
taladro y la pólvora de barreno, que facilitaban el trabajo de corte de grandes
bloques a partir de los cuales se realizaban las tallas.
El Repartidor: Es quien
una vez sacado el bloque del risco tiene que trocearlo teniendo en cuenta la
medida y repartirlo sacándole en mayor rendimiento posible al mismo. Las
herramientas que usaba normalmente eran el pico, el marrón, las cuñas, la
mandarria, la escoda y el cincel.
El Entallador: Como su
nombre indica es quien da las medidas más aproximadas a la piedra y deja más o
menos definidas las distintas formas de la pieza. Las herramientas que usa son
el pico y el martillo pedrero.
El Labrante o Tallista: Éste
es el que hace los acabados de la piedra, el primer paso es hacer las juntas,
éstas se hacen con el escoplo y la maceta, luego con el pico y la escoda se va
enderezando el paramento y con la regla y la escuadra comprueba si va quedando
o no recto. Una vez hecho este proceso se repasa con el martillo y luego se
hace el acabado con al escoda.
No se puede olvidar una
pieza clave en la cadera de la cantera, el herrero, que era quién afilaba o
como decían loas labrantes “usaban” las herramientas, dando el temple idóneo
para cada piedra.
A pasar de que el
conjunto de estos oficios tenían un marcado carácter masculino, las mujeres de
muchos canteros solían participar ayudar transportando las piezas terminadas desde el lugar en el que se labraban hasta la
orilla del mar, donde se acumulaban hasta ser embarcadas.
Hasta los años setenta
del siglo pasado, el trabajo en piedra se hacía sin ninguna seguridad ni
comodidad, trabajaban la mayor parte del día y era el Sol quién marcada el
tiempo del principio y el final del trabajo.
Los conocimientos
asociados a este oficio se transmitían de padres a hijos. Los jóvenes abandonaban
el colegio a muy temprana edad – en la época, la escolarización no era
obligatoria – para entrar a la cantera como aprendices y llevar algún dinero a
la maltrecha economía familiar, la mayor parte se iniciaron en este oficio
entre los diez y los doce años. Sus primeros pasos son los de recaderos o
limpiadores, llevando la herramienta desde la cantera a la herrería recorriendo
varios kilómetros cargados con escoplos, picos, escodas, etc. Igualmente eran
los encargados de hacer limpieza de la cantera, quitando los ripios y restos de
piedra generados a partir de la labor de los labrantes.
Los labrantes o canteros
tenían muy curiosa forma de firmar las piedras con unas marcas sólo conocidas
entre ellos y que también llevaban gravadas en sus herramientas. Estas eran
variadas y muy simples, solían ser una raya, un punto o cruces y en raras
excepciones gravaban la primera letra de su apellido.
Hoy en día la tradición
de la cantería y el oficio de cantero se mantienen en Arico gracias a la combinación
del buen hacer heredado de varias generaciones de buenos maestros canteros en
el municipio, así como la introducción de nuevas tecnologías y maquinaria que
permiten la rentabilidad de este oficio en pleno siglo XXI. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 7 – La Cantería de Arico)
Continuamos por el sendero en dirección a la desembocadura del Barranco de Tajao; en sendero que transita por encima del lecho del barranco, llegando a su final desciende nuevamente hacia el lecho del barranco, justo delante de la playa de Callao Tajao. En este punto encontraremos un nuevo panel informativo, el número 8, donde nos informa de las peculiaridades del Barranco de Bijigua o de Tajao.
Detalles del Barranco de Tajao |
Nos encontramos en el
sector de desembocadura del Barranco de Tajao, también conocido como barranco
de Bijigua (o Vijigua). A pesar de que en este sector el barranco no presenta
grandes dimensiones, se trata de uno de los grandes barrancos de Arico. Su
cabecera de labra sobre algunos relieves que cierran en este municipio la pared
de Las Cañadas, configurando parte de la línea de cumbres de la Isla. El Morro
de El Peñón, La Angostura, Topo de Veno y La Grieta o el Riso del Colmenar, son
alguno de los nombres de los picos y lomos que marcan el lugar de nacimiento de
este barranco, todos ellos situados entre los 2300 y 2400 metros sobre el nivel
del mar. Desde estos parajes de montaña el barranco comienza a abrirse camino
hasta la costa, a través de las rampas continuas que dan forma a las cumbres y
medianías de Arico. Unificando los pequeños cauces que arañan las paredes de su
cuenda, poco a poco se configura un barranco principal que presenta en la
actualidad aproximadamente 22 kilómetros de recorrido, a través de los cuales
adquiere numerosos nombres con los que las gentes de Arico diferenciaban sus
distintos tramos o sectores. Tajao o Bijigua, Las Castañas, Pedro Bermejo,
Fuente Blanca, Los Abejones, Las Goteras, La Grieta o Yarosa, son los nombres
de algunos de los tramos más importantes de este barranco. Muchos de estos
nombres o “topónimos” hacen referencia a la presencia de agua vinculada a una
zona del cauce. Innumerables fuentes jalonan su trazado, siendo especialmente
numerosas en medianías y cumbres. Algunos como las de La Bica o la Gelesa, esta
última al borde de la Carretera General del Sur, favorecieron el desarrollo de
una de los asentamientos de población más antiguos del municipio: El Lomo de
Arico (o la Villa de Arico).
Al igual que para el
desarrollo de la vida humana, para las comunidades vegetales y la fauna, barrancos
de largo recorrido como éste representan un oasis de vida que contribuye a
diversificar los hábitats de la zona. Los algo más de 22 kilómetros de
recorrido del cauce atraviesan la práctica totalidad de pisos bioclimáticos de
vegetación del Sur de Tenerife, desde los Pinares de Montaña de su cabecera,
hasta los matorrales típicos de ambientes litorales como en el que nos
encontramos. En cualquier caso, todos ellos son ambientes caracterizados por la
presencia de una gran cantidad de endemismos.
Los pisos bioclimáticos
más representativos que se vinculan al entorno del Barranco de Tajao o Bijigua
son dos:
1. Tabaibales y
Cardonales, asociados al piso bioclimático infra-termomediterráneo hiperárido-semiárido, cuya clase de vegetación se corresponde con
Kleinio nerifoliae-Euphorbietea canariensis. Se Caracteriza por:
- Temperatura media anual de 20º a 22º C
- Precipitaciones medias anuales inferiores a los 500mm. En
los frecuentes años de sequía las precipitaciones medias son inferiores a los
200 mm
- Se extienda en una franja que va desde el nivel del mar
hasta los 300 metros de altitud, aunque, asociados a condiciones ambientales propicias,
elementos de esta formación pueden encontrarse en cotas altitudinales
superiores a los 400 metros sobre el nivel del mar.
-Principales plantas nativas: Tabaiba dulce (Euphorbia balsamífera).
Tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii). Cardón (Euphorbia canariensis).
Cardoncillo gris (Ceropegia fusca) y Balos (Plocama pendula).
2. El Pinar (Sideritido
solutae-Pinetum canariensis), asociado al piso bioclimático termo-supramediterráneo
seco-húmedo. Se caracteriza por:
- Temperaturas medias altas entre los 5º y los 15º C
- Precipitaciones medias anuales entre los 400 mm y los 600
mm
- Se extiende en una franja altitudinal que en Arico va
desde los 700 metros de altitud hasta los 2000 metros sobre el nivel del mar
- Principales endemismos asociados: Pino canario (Pinus
canariensis), Jara (Cistus sumphytifolius) y Codeso (Adenocarpus viscosus)
En medio de estos dos
pisos de vegetación existe una franja territorial de rasgos continuos que
atraviesa el municipio por sus medianías. Este espacio alberga los
asentamientos históricos de población y a algunos de los principales espacios
de cultivo de Arico, tradicionalmente vinculados a los cultivos de papa,
hortalizas y viña.
En la costa, las formas
llanas y el perfil ancho que el cauce del Barranco de Tajao presenta en su
desembocadura nos recuerdan la importancia que tiene la geología a la hora de
determinar las características de un paisaje como éste. A pesar de la
importante capacidad para erosionar que tiene la escorrentía, la existencia en
el fondo del cauce de una roca dura, como la Ignimbrita de Arico, ha impedido
el desarrollo de mayores niveles de encajamiento, dando lugar a un cauce plano,
a modo de rambla. A pesar de que las lluvias en la zona no son muy abundantes
en la actualidad, cuando se producen lo hacen en franjas horarias muy pequeñas,
propiciando descargas de agua que tienen una importante capacidad de arrastre.
Fruto del transporte de materiales que se produce durante estas lluvias son las
importantes acumulaciones de materiales que actualmente vemos en el fondo del
barranco. Junto al mar, la marea contribuye a acrecentar estos depósitos, formando
un espectacular cordón de cantos rodados. Estas piedras de muy distinta
naturaleza, han sido acumuladas por el barranco y moldeadas por el mar, gracias
al roce constante que se produce entre ellas cuando son mecidas por las olas.
Actualmente esta playa de cantos – o “callao” – de Tajao, actúa a modo de
barrera frente al oleaje. Durante las
pleamares parte del agua oceánica consigue sobrepasar este obstáculo, formando
tras de sí un gran charco de agua al que se denomina “mareta”. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 8 – Barranco de Bijigua)
Antes de volver al punto de inicio, aun podremos visitar dos zonas en la desembocadura del Barranco; en el margen izquierdo de la desembocadura del barranco se ha ido construyendo un entramado de pequeños monumentos de piedra, más conocidos como "mojones"; a esta área se la conoce como Ecomuseo de la Piedra, punto número 1.
Ecomuseo de la Piedra |
El Ecomuseo de la Piedra
de Arico se encuentra emplazado en la desembocadura del Barranco de Tajao,
también conocido como Barranco de Bijigua (o Vijigua).
Este es un lugar
importante valor paisajístico y cultural, en el que la piedra volcánica del Sur
de Tenerife cobra un especial protagonismo. Sus singularidades geológicas, sus
formas de modelado y los usos que durante siglos la población de Arico ha hecho
de estas rocas son parte fundamental de los contenidos de este Ecomuseo.
Este barranco nace al
borde de la pared de Las Cañadas, abriéndose paso entre los materiales que
conforman los flancos del sureste de la Isla. Su espectacularidad radica
principalmente en la existencia de diferentes depósitos y estructuras
geológicas; coladas basálticas y traquibasálticas, depósitos pumíticos,
acumulaciones sedimentarias y volcano-sedimentarias, grandes saltos de agua,
morfologías diversas de cauces, algunos, como en su tramo de desembocadura
similares a las de los ríos-rambla, con amplios lechos de fondo plano,
cubiertos de importantes acumulaciones sedimentarias.
La visita a este lugar se
realiza a través de un sendero circular de aproximadamente dos kilómetros de recorrido.
Su trazado, de escasa dificultad, se desarrollo entre el cauce de este barranco
y uno de sus lomos o interfluvios. Este recorrido permite visitar algunos de
los enclaves más destacados de este espacio; lugares que destacan por su
interés geológico, histórico, paisajístico que tratan de poner en resalte la
importancia de la piedra volcánica y de sus usos en el municipio de Arico.
En la actualidad, la
“piedra de Arico” o “piedra Chasnera” sigue siendo un rasgo identificativo
local. Su influencia en las singularidades del paisaje local, su utilización
como soporte para las múltiples vías de escalada con las que cuenta el
municipio, o del mismo “Salto del Pastor”, y la importancia que aún mantienen
las labores de cantería, hacen de este elemento un referente constante para las
estrategias locales de desarrollo territorial sostenible. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 1 – Ecomuseo de la Piedra)
Al lado mismo de éste Ecomuseo de la Piedra está ubicado lo que en su día fue El Embarcadero de Bijigua, punto número 2 del recorrido.
El Embarcadero de Bijigua |
La pequeña franja de
costa en la que nos encontramos recibe el nombre de Caleta de La Lancha. Este
abrigo natural se extiende en forma de media luna desde la Punta de Tajao,
hasta Punta Rajada y, algo más lejos, hasta el actual muelle de Tajao. Durante
al menos tres siglos, esta cala sirvió de abrigo para los barcos que se
acercaban hasta este tramo de la costa en busca de los productos de las
canteras del barranco de Tajao. La poca profundidad de este lugar obligaba a
los barcos a esperar su carga, fondeados frente a la costa. Hasta allí se
acercaban pequeñas barcazas o “chalanas” que se encargaban de transportar las
diferentes piezas de la cantería. Al pie de este pequeño acantilado existe una
cueva en la que se guardaba una de las embarcaciones a la espera de la
siguiente carga. Hoy en día los habitantes de la zona siguen denominando este
lugar “La Cueva de la Chalana”. Los días precios al embarque trabajaban en esta
tarea gran cantidad de personas. A pesar de que los distintos trabajos que se
asociaban a la cantería tenían un marcado carácter masculino, en el transporte
de las piezas se requería la mayor mano de obra posible, por lo que resultaba
frecuente que las mujeres de los canteros colaborasen puntualmente en esta
labor. Las piezas labradas se depositaban de forma ordenada cerca del
embarcadero y, desde allí, se cargaban en barcazas que, a remos, se acercaban
al barco fondeado. En este proceso de embarcación de la piedra, muchas piezas
terminaban en el fondo de esta pequeña cala, lugar donde hoy en día, todavía se
pueden apreciar alguna de ellas.
Por estas aguas pasaron
algunos pailebots y numerosas goletas de dos mástiles; barcos de vela
fabricados generalmente en las Islas que eran capaces de transportar entre 50 y
150 toneladas de piedra en cada viaje. Durante el predominio de la navegación
comercial a vela, las piezas labradas del conjunto de cantera insulares
cumplían un papel fundamental, puesto que eran utilizadas como lastre en los
veleros que llegaban a Canarias con las bodegas repletas y que frecuentemente
regresaban con una menor carga a sus puertos de origen. En este sentido, es
fácil pensar que muchas de las ciudades que formaban parte de estas rutas
comerciales hayan podido tener, o mantengan, piezas de cantería canaria entre los
materiales de sus construcciones históricas, ya sean de carácter público o
privado. La inclusión de piezas de cantería como parte del lastre de los
veleros se hizo por necesidad, de manera que se garantizase la navegación
segura de estos barcos frente a la fuerza del viento y las olas. Sin embargo,
las piezas que se utilizaban para ello fueron las mejores que en la época
producían las canteras canarias, entre ellas muchas de las piezas que se
labraban con esmero en esta misma cantera: piedras de lavar, piletas de muy
distintos tamaños, adoquines y, sobre todo, gran cantidad de losas para cubrir
y embellecer suelos.
La comercialización de
piezas de cantería entre las Islas fue una actividad importante, especialmente
aquellas que procedían de canteras de reconocido prestigio, como las de Chasna,
en el Sur de Tenerife, y Arucas, al Norte de Gran Canaria. El valor constructivo
y estético que la sociedad canaria sigue otorgando a las losas de Arico ha
permitido que este material siga hoy en día utilizándose en la construcción y
rehabilitación de edificios y espacios emblemáticos, por lo que resulta
relativamente sencillo encontrar losas labradas en “Piedra de Arico” en
construcciones de Tenerife, tan singulares como el Palacio de Capitanía General
de Canarias, la plaza Pedro Schwartz y el Auditorio Adán Martín (Santa Cruz de
Tenerife), la Catedral de La Laguna, la Plaza de Nuestra Señora de la
Concepción y El Palacio de Ossuna (San Cristóbal de La Laguna), la iglesia de
Los Remedios (Buenavista del Norte) o la iglesia de Santa Bárbara (Icod de los
Vinos).
Fuera de las Islas la
mayor parte de la producción de piedra labrada en esta cantera se exportaba en
forma de losas hacia las Antillas Españolas: Cuba y Puerto Rico, así como la
mitad oriental de La Española (República Dominicana), al ser éstas islas
territoriales de soberanía española hasta 1898 y 1865 respectivamente. Al tratarse de espacios
insulares pertenecientes a la Corona Española, el comercio con estos
territorios se encontraba muy condicionado y regulado, de forma que hasta la
segunda mitad del siglo XVIII no se permitía a los extranjeros la participación
en el comercio con estas islas. Esta política primaba el comercio con productos
locales entre las distintas regiones que integraban el Estado en la época. Así,
como complemento a la importante actividad comercial que se desarrollaba con
las colonias españolas desde los puertos de Cádiz y Sevilla, se potenció la
actividad comercial de Tenerife, Gran Canaria y La Palma, limitándola a las
producciones locales de Canarias. Los puertos de La Habana, Campeche, La
Guaira, Santo Domingo, Puerto Rico y Maracaibo fueron los principales lugares
de recepción de los productos procedentes de nuestro archipiélago:
fundamentalmente vino, aguardiente y gran cantidad de piezas de cantería, que
llegaban a estos puertos todos los años, siendo redistribuidos desde ellos al
resto de la región. El auge de la cantera de Tajao y sus volúmenes exportados
fundamentalmente en forma de losas para pavimento, coincide en el tiempo con el
auge de algunas ciudades antillanas, como La Habana o Santo Domingo, en las que
muchas de sus edificaciones más emblemáticas se construyeron dentro de esta
centuria. Por estos motivos, es muy probable que para la construcción de muchas
de estas estructuras históricas se haya podido contar con piedra chasnera.
Durante la primera mitad del siglo XIX, desde esta cantera se llegaron a
producir 12500 metros de losa para pavimentación, lo que permite hacerse una
idea de la cantidad de mano de obra necesaria para producirlas, así como de la
importancia que la cantería llegó a suponer en Arico. (esta información ha sido obtenida del panel informativo número 2 – El Embarcadero de Bijigua)
Paseando por la costa de Tajao
Desde éste punto "El Embarcadero de Bijigua", tomaremos el camino de vuelta hacia San Miguel de Tajao; seguiremos la misma ruta de inicio, para finalizarla delante de la iglesia de San Miguel de Tajao y del puerto de Tajao.
FIN DE LA RUTA
gracias por tanta información
ResponderEliminarEl texto en azul en fondo marrón no se puede leer.
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